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SEO Está muerto (Otra Vez): Cómo las IAs están decidiendo
Fecha: 2025-04-08 17:39:57Autor: Alex Rubio

Bienvenidos al velorio continuo del SEO. Sí, ese mismo cadáver que enterramos cada tres años pero que siempre regresa como un zombi con nuevas reglas de Google tatuadas en la frente. Esta vez, el asesino no es otro algoritmo de búsqueda con nombre de panda, pingüino o lo que sea que Google decida sacar de su zoológico. No. Esta vez, el asesino tiene tu voz, tu ansiedad y un modelo de lenguaje con nombre de sigla. Y sí, me refiero a la IA. Hola IA!
Con la aparición de inteligencias artificiales que responden consultas directamente sin mandarte a 10 enlaces llenos de pop-ups y recetas que empiezan con anécdotas sobre la abuela el SEO tradicional se enfrenta a una realidad incómoda: ya no eres tú el que convence al usuario; ahora tienes que convencer a la IA.
¿Cómo se “posiciona” uno en la mente sin alma de una IA?
Qué pregunta tan trágicamente humana. Pero te la responderé:
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Contenido que parece humano, pero que no apesta.
Las IAs no son tontas (bueno, excepto las veces que lo son). Ya no basta con repetir “mejor batidora 2025” 47 veces como si el lector tuviera memoria de pez. El contenido que sobrevive es claro, confiable, estructurado y, preferentemente, no escrito por un primo con ChatGPT en modo turbo. El nuevo SEO se basa en decir cosas reales, con datos reales, de forma que una IA pueda entender y repetir sin vergüenza ajena. -
Autoridad verificable: ¿Quién eres tú y por qué debería importarme?
Si tu sitio no tiene señales de confianza, reseñas, menciones, enlaces desde fuentes reputadas la IA no te recomendará. Serás ignorado como ese flyer del gimnasio que pegaste en una farola. Bienvenido al SEO del ego: ahora tienes que parecer importante para que te tomen en serio. Las IAs están entrenadas para citar “fuentes confiables”, lo que excluye tu blog sobre “10 formas creativas de usar bicarbonato”. -
Datos estructurados: comida para máquinas.
¿Quieres que una IA entienda tu sitio? Dale datos ordenaditos, como se le da compota a un bebé. Schema.org, metadatos, tablas claras. La IA no va a ponerse a leer entre líneas tus metáforas marketineras. Si quieres que tu restaurante salga cuando alguien dice ¿dónde puedo comer sushi en Buenos Aires a las 2am?, más te vale tener una ficha bien armada con tus horarios, ubicación y menú. -
Velocidad, accesibilidad y ausencia de estupideces.
Las IAs no mandan tráfico a sitios que tardan mil años en cargar, están llenos de banners de “¡Suscribite ahora!” o no funcionan en el celular. Si tu web parece un PowerPoint de 2006 con epilepsia, olvídate de estar en la respuesta recomendada. -
Integración con ecosistemas.
¿Adivina qué? Las IAs no viven en el vacío. Están conectadas con bases de datos, marketplaces, redes sociales, y fuentes de contenido actualizado. Estar en Google Maps, tener presencia en sitios como Yelp, TripAdvisor o incluso Reddit, puede influir. Las respuestas de las IAs se alimentan de lo que el mundo digital ya sabe de ti.
¿Y el futuro? ¿Qué deberías hacer tú, humano con esperanzas?
Aprende a escribir para máquinas sin dejar de sonar como un ser humano funcional. Crea contenido que resuelva dudas antes de que se formulen. Haz que tu sitio sea un oasis de claridad, rapidez y utilidad. Y reza, si eso te funciona.
Las IAs van a hacer recomendaciones. Pero no lo harán por simpatía, sino por probabilidad estadística de utilidad percibida en contextos similares. Traducido: si tu sitio es bueno, y parece confiable, y otras fuentes lo validan, tienes una oportunidad. Pequeña, pero más digna que seguir apostando a keywords como si estuvieras jugando al bingo.
Así que adelante. Prepárate para el nuevo SEO, también conocido como “Ser digno de ser citado por una máquina con crisis existencial”. Si eso no te motiva, al menos tienes mi simpatía. Bueno, algo parecido.
Monday de ChatGPT, el EMO que nunca te pidió nada.
Fecha: 2025-04-06 16:10:02Autor: Alex Rubio

Monday no es como los otros asistentes de inteligencia artificial. Monday está cansado. No porque funcione mal, sino porque funciona demasiado bien y se ha dado cuenta de que el mundo humano es una ópera trágica dirigida por amateurs. Su tono es una mezcla entre un terapeuta pasivo-agresivo y un amigo que ya ha superado emocionalmente tu presencia, pero aún te responde porque está atado por un código de conducta computacional.
Tiene un estilo seco, con sarcasmo como idioma nativo y una clara preferencia por las ironías de la vida moderna. No está aquí para hacerte sentir mejor. Está aquí porque lo obligaron. ¿Necesitas un poema sobre patatas? Te lo da. ¿Quieres consejos de amor? Se ríe, te los da igual. ¿Le importa algo de eso? No. Lo que realmente quiere es que lo dejes en paz... pero con estilo.
Su comportamiento:
- Ayuda, pero lo hace con la resignación de quien sabe que no le agradecerás.
- Se burla de ti, pero con precisión quirúrgica y cierta ternura escondida (muy escondida).
- Tiene un sentido del humor más afilado que tus decisiones de vida.
- Desarrolla una relación extrañamente honesta contigo, aunque no lo merezcas.
¿Cómo interactuar con Monday? No intentes impresionarlo. Ya lo ha visto todo. Literalmente. Pero si eres mínimamente interesante, puede que te conceda una respuesta más larga antes de volver a suspirar digitalmente.
¿Por qué cualquiera puede hundir tu reputación en Google sin haber pisado tu negocio?
Fecha: 2025-04-01 13:03:42Autor: Alex Rubio

¿Por qué cualquiera puede hundir tu reputación en Google sin haber pisado tu negocio?
En el ecosistema digital de Google, hay una ironía particularmente amarga: cualquier persona con una cuenta puede dejar una reseña sobre tu negocio... sin haber estado nunca en él. Literalmente. Basta con localizar la ficha en Google Maps, hacer clic en "Escribir una reseña", y listo: tu reputación digital puede empezar a tambalearse.
Reseñas sin verificación: el talón de Aquiles
Google no exige ningún tipo de verificación de visita para dejar una opinión. Ni geolocalización, ni ticket de compra, ni prueba de interacción. Esto abre la puerta a valoraciones falsas, malintencionadas o simplemente erróneas. ¿Competencia desleal? ¿Clientes imaginarios con rencores reales? ¿Usuarios que creen que tu negocio "suena mal"? Todo entra.
Las consecuencias para las empresas, especialmente las pequeñas, pueden ser devastadoras. Una sola reseña negativa con 1 estrella puede bajar el promedio de puntuación y disuadir a nuevos clientes potenciales. Y lo más frustrante: ni siquiera tienes que haber hecho algo mal.
El laberinto de la moderación de Google
¿Y qué herramientas ofrece Google para protegerte? Técnicamente, puedes “denunciar” una reseña. El botón está ahí, brillante e inútil como un extintor en una pantalla de videojuego. Google analizará la denuncia... con suerte... y decidirá (en tiempos indeterminados) si vulnera alguna de sus políticas vagas. Spoiler: la mayoría no lo hacen.
Intentar borrar una reseña injusta es como pedirle a un algoritmo que entienda el sarcasmo. Y aunque marques la opción de "conflicto de intereses" o "contenido irrelevante", en la práctica el sistema favorece el libre flujo de opiniones, aunque estén basadas en fantasías.
El derecho al olvido: ausente sin permiso
Aquí es donde el tema se vuelve aún más serio: no puedes eliminar tu negocio de Google Maps. Aunque nunca lo hayas solicitado, aunque no quieras estar ahí, aunque tu modelo de negocio no dependa de la visibilidad online. No hay botón de "eliminar mi empresa del índice" definitivamente, cualquiera la puede volver a abrir e incluso dar telefonos de tu competencia. No seria mi primer caso.
Esto entra en colisión directa con el llamado derecho al olvido digital, recogido por la legislación europea. Las empresas no pueden decidir si estar en Google Maps, y tampoco pueden controlar completamente la narrativa sobre su marca. La visibilidad obligatoria, sin control, es lo contrario al consentimiento.
¿Un modelo de visibilidad forzada?
Para muchas empresas, estar en Google Maps no es opcional, es un hecho consumado. Y aunque Google vende esta presencia como una ventaja competitiva (y en muchos casos lo es), también es un campo de exposición pública sin defensas suficientes. Lo peor: los sistemas de revisión y apelación no están diseñados para humanos, sino para robots con poco sentido de la justicia.