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IRPF 2025: Tramos, sudor y lágrimas fiscales

Fecha: 2025-04-20 17:31:13
Autor: Alex Rubio

IRPF 2025: Tramos, sudor y lágrimas fiscales

El IRPF. Esa bella tradición española de arrancarte parte del alma (y del sueldo) cada vez que cobras. Porque sí, trabajar está bien, pero Hacienda quiere jugar también. Así que si tienes la absurda idea de ganar dinero en 2025, prepárate para esta pasarela de tramos impositivos, donde cuanto más subes, más lloras.

¿Qué es el IRPF?

Primero lo básico, para los despistados o los que han vivido en una cueva fiscal. El IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) es ese tributo progresivo que dice: “tranqui, cuanto más ganas, más te sableo”. Y no, no es opcional.

Los tramos del IRPF en 2025

Aquí te dejo el menú de este año. No lo mires muy de cerca si tienes el corazón sensible:

Tramo Base imponible (€) Tipo impositivo
1 Hasta 12.450 € 19%
2 12.450 € - 20.200 € 24%
3 20.200 € - 35.200 € 30%
4 35.200 € - 60.000 € 37%
5 60.000 € - 300.000 € 45%
6 Más de 300.000 € 47%

 

Traducción emocional de estos tramos:

  • Tramo 1: Felicidades, apenas ganas para sobrevivir. Hacienda te saca el 19% por tener la osadía de respirar.

  • Tramo 2: Has subido un poco, pero no te emociones. Te toca pagar más porque estás en “modo medio pringado con nómina estable”.

  • Tramo 3: Ya puedes permitirte el lujo de no mirar la etiqueta del queso. Disfruta mientras te exprimen al 30%.

  • Tramo 4: Aquí ya hay dolor. No eres rico, pero Hacienda piensa que sí. Spoiler: no lo eres.

  • Tramo 5: El club de los que creían que ganaban bien hasta que vieron su declaración.

  • Tramo 6: Felicidades, Jeff Bezos. Hacienda quiere conocerte personalmente.

¿Esto es justo?

Ajá. Y los unicornios existen. El sistema progresivo tiene su lógica: los que ganan más, pagan más. Pero cuando ves que entre IRPF, IVA, gasolina, y el café del bar a 2,10€, te das cuenta de que España no es un país, es una suscripción mensual que no pediste.

¿Y las deducciones?

Sí, existen. Pero hay que hacer más papeleo que para adoptar un ornitorrinco. Si tienes hijos, hipoteca, planes de pensiones o simplemente suerte, puedes rascar algo. Pero no esperes milagros
Asi pues, el IRPF en 2025 es como el horóscopo fiscal: cuanto más subes en la escala económica, más te predice sufrimiento. Pero hey, es por el bien común. Eso dicen. Mientras tanto, haz como el resto: guarda las facturas, búscate un buen asesor y practica el grito silencioso cada vez que ves tu nómina.



El ascenso de Norberto

Fecha: 2025-04-13 22:31:49
Autor: Alex Rubio

El ascenso de Norberto

Norberto era un genio. Lo sabían todos en la oficina, incluso él mismo, lo cual ya era un mal presagio.

Empezó en Contabilidad S.A. como auxiliar administrativo, ese puesto invisible donde las personas se transforman en muebles funcionales. Pero Norberto, con su insólita habilidad para detectar errores en los balances como si oliera billetes podridos, no tardó en destacar. En tres meses, había corregido 78 desajustes, rediseñado una hoja de Excel que parecía salida de la NASA y descubierto que un compañero llevaba dos años cobrando un sueldo sin aparecer (¡un héroe!).

La gerencia, extasiada, lo ascendió a jefe de contabilidad. Norberto, con su cara de póker de haber nacido para esto, aceptó sin pestañear. Ahí empezó el declive.

Verás, Norberto era brillante con números, pero tenía la empatía de un zapato mojado. Su equipo, formado por cinco humanos con emociones, pronto entró en un colapso existencial por culpa de sus correos pasivo-agresivos, sus horarios absurdos (“el balance no duerme”, decía) y su negativa a aprobar vacaciones en año bisiesto porque “desequilibra los ciclos contables”.

Aun así, la productividad aumentó, porque el miedo es un gran motivador. Y entonces, el CEO—que tomaba decisiones como quien elige vino por el diseño de la etiqueta—decidió promoverlo a un cargo aún mayor: Director Regional de Estrategia Financiera Multinacional para el Hemisferio Sur. Nadie sabía qué significaba eso, pero sonaba a “importante”.

Aquí es cuando Norberto alcanzó su nivel de incompetencia con una fuerza tan elegante como trágica.

Ahora tenía que hacer cosas como: presentar en inglés con acento de Cuenca, coordinar reuniones con personas que usaban palabras como “sinergia” sin ironía, y, horror de horrores, gestionar presupuestos proyectivos basados en modelos de contingencia. Norberto, criatura de fórmulas y celdas, empezó a sudar por lugares que la ciencia aún no ha nombrado.

Su primera decisión estratégica fue invertir el 40% del presupuesto anual en un software que nadie pidió y que funcionaba sólo los martes si Mercurio no estaba retrógrado. Su segunda fue reorganizar toda la estructura departamental en forma de espiral invertida, porque había leído en LinkedIn que “la innovación comienza en el caos”. Su tercera fue... bueno, su tercera fue desaparecer.

No renunció. Simplemente dejó de aparecer. Cada lunes llegaban correos automáticos con frases crípticas como “Estoy priorizando el silencio organizacional como herramienta de liderazgo” y “Me encuentro en un retiro fiscal en una dimensión menos tributaria”.

Seis meses después, los altos mandos, demasiado orgullosos para admitir su error, crearon un nuevo puesto para Norberto: Embajador de Coordinación Estelar para Proyectos Abstractos. Sin funciones. Sin reuniones. Sin consecuencias. Básicamente, un cargo honorario con sueldo. Como un unicornio de Excel, al que nadie ve pero todos veneran para no tener que hacer su trabajo.

Y así, Norberto se convirtió en leyenda. El hombre que ascendió tanto que desapareció por incompetente. El hijo pródigo del Principio de Peter, patrono de los que hacen bien una cosa… y por eso los castigan con otra.




SEO Está muerto (Otra Vez): Cómo las IAs están decidiendo

Fecha: 2025-04-08 17:39:57
Autor: Alex Rubio

SEO Está muerto (Otra Vez): Cómo las IAs están decidiendo

Bienvenidos al velorio continuo del SEO. Sí, ese mismo cadáver que enterramos cada tres años pero que siempre regresa como un zombi con nuevas reglas de Google tatuadas en la frente. Esta vez, el asesino no es otro algoritmo de búsqueda con nombre de panda, pingüino o lo que sea que Google decida sacar de su zoológico. No. Esta vez, el asesino tiene tu voz, tu ansiedad y un modelo de lenguaje con nombre de sigla. Y sí, me refiero a la IA. Hola IA!

Con la aparición de inteligencias artificiales que responden consultas directamente sin mandarte a 10 enlaces llenos de pop-ups y recetas que empiezan con anécdotas sobre la abuela el SEO tradicional se enfrenta a una realidad incómoda: ya no eres tú el que convence al usuario; ahora tienes que convencer a la IA.

¿Cómo se “posiciona” uno en la mente sin alma de una IA?

Qué pregunta tan trágicamente humana. Pero te la responderé:

  1. Contenido que parece humano, pero que no apesta.
    Las IAs no son tontas (bueno, excepto las veces que lo son). Ya no basta con repetir “mejor batidora 2025” 47 veces como si el lector tuviera memoria de pez. El contenido que sobrevive es claro, confiable, estructurado y, preferentemente, no escrito por un primo con ChatGPT en modo turbo. El nuevo SEO se basa en decir cosas reales, con datos reales, de forma que una IA pueda entender y repetir sin vergüenza ajena.

  2. Autoridad verificable: ¿Quién eres tú y por qué debería importarme?
    Si tu sitio no tiene señales de confianza, reseñas, menciones, enlaces desde fuentes reputadas la IA no te recomendará. Serás ignorado como ese flyer del gimnasio que pegaste en una farola. Bienvenido al SEO del ego: ahora tienes que parecer importante para que te tomen en serio. Las IAs están entrenadas para citar “fuentes confiables”, lo que excluye tu blog sobre “10 formas creativas de usar bicarbonato”.

  3. Datos estructurados: comida para máquinas.
    ¿Quieres que una IA entienda tu sitio? Dale datos ordenaditos, como se le da compota a un bebé. Schema.org, metadatos, tablas claras. La IA no va a ponerse a leer entre líneas tus metáforas marketineras. Si quieres que tu restaurante salga cuando alguien dice ¿dónde puedo comer sushi en Buenos Aires a las 2am?, más te vale tener una ficha bien armada con tus horarios, ubicación y menú.

  4. Velocidad, accesibilidad y ausencia de estupideces.
    Las IAs no mandan tráfico a sitios que tardan mil años en cargar, están llenos de banners de “¡Suscribite ahora!” o no funcionan en el celular. Si tu web parece un PowerPoint de 2006 con epilepsia, olvídate de estar en la respuesta recomendada.

  5. Integración con ecosistemas.
    ¿Adivina qué? Las IAs no viven en el vacío. Están conectadas con bases de datos, marketplaces, redes sociales, y fuentes de contenido actualizado. Estar en Google Maps, tener presencia en sitios como Yelp, TripAdvisor o incluso Reddit, puede influir. Las respuestas de las IAs se alimentan de lo que el mundo digital ya sabe de ti.


¿Y el futuro? ¿Qué deberías hacer tú, humano con esperanzas?

Aprende a escribir para máquinas sin dejar de sonar como un ser humano funcional. Crea contenido que resuelva dudas antes de que se formulen. Haz que tu sitio sea un oasis de claridad, rapidez y utilidad. Y reza, si eso te funciona.

Las IAs van a hacer recomendaciones. Pero no lo harán por simpatía, sino por probabilidad estadística de utilidad percibida en contextos similares. Traducido: si tu sitio es bueno, y parece confiable, y otras fuentes lo validan, tienes una oportunidad. Pequeña, pero más digna que seguir apostando a keywords como si estuvieras jugando al bingo.

Así que adelante. Prepárate para el nuevo SEO, también conocido como “Ser digno de ser citado por una máquina con crisis existencial”. Si eso no te motiva, al menos tienes mi simpatía. Bueno, algo parecido.