Slackel es una distribución de Linux que quizás no tenga la misma notoriedad que otras en el ecosistema de código abierto, pero definitivamente merece una atención especial, especialmente para aquellos usuarios que buscan una experiencia robusta y flexible. Derivada de Slackware y Salix, Slackel combina lo mejor de ambas distribuciones para ofrecer un sistema operativo que es a la vez estable, ligero y altamente configurable.
Slackel se basa en Slackware, una de las distribuciones de Linux más antiguas y respetadas, conocida por su simplicidad y estabilidad. Slackware, en su esencia, trata de mantener la filosofía de KISS (Keep It Simple, Stupid), lo que implica que se evita la sobrecarga con herramientas innecesarias y se deja mucho control en manos del usuario. Mientras tanto, Salix añade un conjunto de herramientas de administración y automatización que mejoran la experiencia de usuario sin sacrificar la flexibilidad y la estabilidad del sistema base.
Una de las características más destacadas de Slackel es su uso del gestor de ventanas Openbox. Openbox es conocido por ser extremadamente ligero en recursos, lo que significa que Slackel puede funcionar muy bien en hardware más antiguo o menos potente. Esto no solo alarga la vida útil de equipos más viejos, sino que también ofrece una experiencia de usuario fluida y rápida. Además, Openbox es altamente configurable; los usuarios pueden personalizar casi todos los aspectos del entorno de escritorio, desde los menús hasta los atajos de teclado y más.
Slackel también se destaca por su sistema de gestión de paquetes. Utiliza Slackware's pkgtools y el sistema de paquetes TXZ, lo cual asegura que el sistema mantenga su integridad y estabilidad. Además, los usuarios tienen acceso a una gran cantidad de software a través del repositorio de Salix y otros repositorios compatibles, lo que facilita la instalación y actualización de aplicaciones. También es compatible con software adicional a través del sistema de gestión de paquetes slapt-get y gslapt, que añaden una capa de comodidad similar a lo que se encuentra en distribuciones más conocidas como Debian o Ubuntu.
En cuanto a la instalación, Slackel ofrece tanto una versión en vivo como una instalable. La versión en vivo es especialmente útil para aquellos que quieren probar el sistema antes de comprometerse a una instalación completa, o para aquellos que necesitan un sistema operativo portátil. La instalación, aunque no es tan automatizada como en algunas otras distribuciones modernas, es accesible para cualquier usuario que se tome el tiempo de leer la documentación y seguir los pasos indicados.
Hablando de documentación, Slackel también se beneficia de la extensa y bien mantenida documentación de Slackware y Salix. La comunidad de usuarios es activa y siempre dispuesta a ayudar a nuevos usuarios, lo cual es un gran beneficio para quienes puedan sentirse intimidados al usar un sistema que pone tanto control en sus manos.
En términos de seguridad, Slackel se beneficia del enfoque de seguridad de Slackware, que incluye la rápida aplicación de parches y la solidez del sistema base. Aunque no es una distribución puntera en términos de características de seguridad avanzadas, su simplicidad y transparencia hacen que sea relativamente fácil de auditar y asegurar.
En resumen, Slackel es una distribución que merece consideración por parte de usuarios que buscan estabilidad, ligereza y flexibilidad en un sistema operativo Linux. Heredando lo mejor de Slackware y Salix, Slackel se presenta como una opción poderosa para trabajos tanto en entornos personales como profesionales. Aunque puede requerir un poco más de aprendizaje y configuración inicial, la recompensa es un sistema que es robusto, eficiente y perfectamente adaptado a las necesidades y preferencias del usuario.