Bad Rabbit fue un ransomware que surgió en octubre de 2017 y afectó a múltiples sectores a nivel global, aunque sus principales víctimas se encontraron en Rusia y Ucrania. Aquí te ofrezco una visión detallada de su historia, efectos y métodos de infección:
Bad Rabbit apareció inicialmente el 24 de octubre de 2017 y se propagó rápidamente, afectando a importantes infraestructuras, incluidas agencias de noticias y organizaciones gubernamentales. Aunque en un principio se pensó que era una variante del famoso ransomware NotPetya, los análisis posteriores demostraron que, aunque compartían algunas similitudes, se trataba de un malware distinto.
Al igual que otros tipos de ransomware, Bad Rabbit cifraba los archivos del sistema infectado y mostraba una nota de rescate solicitando a las víctimas el pago de un rescate en Bitcoin para recuperar el acceso a sus datos. Las víctimas recibían un mensaje que indicaba que sus archivos habían sido cifrados y que se les cobraba aproximadamente 0.05 bitcoins (alrededor de $280 en ese tiempo) para obtener la clave de descifrado.
Los sectores más afectados incluyeron medios de comunicación, transporte y entidades gubernamentales. Entre las víctimas notablemente conocidas se encontraron:
A continuación, se detallan los métodos mediante los cuales Bad Rabbit conseguía infectar los ordenadores:
Uno de los métodos principales de distribución de Bad Rabbit fue a través de sitios web comprometidos que ejecutaban lo que se conoce como "drive-by download". Esto significa que los visitantes de estos sitios web eran engañados para descargar un falso paquete de actualización del software Adobe Flash Player.
Bad Rabbit también empleaba herramientas y técnicas de penetración conocidas para propagarse dentro de redes internas una vez que había infectado un sistema inicial:
La falta de medidas de ciberseguridad adecuadas facilitó la propagación de Bad Rabbit. Muchas organizaciones no contaban con sistemas actualizados ni medidas de respaldo robustas, lo cual aumentó su vulnerabilidad al ataque.
Para protegerse de Bad Rabbit y otros tipos de ransomware, se recomendaron varias prácticas de seguridad:
En conclusión, Bad Rabbit es otro ejemplo de cómo el ransomware puede causar estragos a gran escala utilizando una combinación de ingeniería social y técnicas de hacking avanzadas. La clave para mitigar estos ataques radica en la prevención proactiva y en mantener una postura de ciberseguridad resiliente.